El servicio de Urgencias del hospital de Manacor ha vuelto a la normalidad tras casi tres días de colapso. Este hecho provocó que, el pasado martes, la Conselleria de Salut del Govern prohibiera a los facultativos de los centros de salud de la comarca, a excepción del de Manacor, enviar enfermos al hospital y les obligara a llamar al 061 para conocer a que centro hospitalario se tenían que derivar los pacientes, tanto si se desplazaban en ambulancia como si lo hacían por sus propios medios.
La gerente del hospital de Manacor, Catalina Vadell, reconoció que el martes 5 de mayo se vieron desbordados al tener que atender a 34 enfermos en urgencias. El hecho de que la cuarta planta esté cerrada –a causa de una tromba de agua de mediados de marzo estando el tejado en obras–, supone un claro déficit de camas. Ante esta situación, Vadell informó al Govern y se instó a los centros de salud a no remitir pacientes a Manacor.
Vadell defiende su actuación afirmando que «desde la responsabilidad decidimos derivar a los enfermos a otros hospitales de la zona. Lo que sería una imprudencia es tener pacientes de urgencias en el pasillo sin un cama para poder ofrecer. Necesitábamos unas horas de respiro».
Aunque en un principio la decisión solo tenía que ser para el martes en cuestión, la descoordinación y la falta de información hizo que hasta el jueves por la tarde no se levantara el veto, tal y como aseguran fuentes consultadas.