Manacor vive el «gran esfuerzo de adaptación» de la comunidad marroquí a la realidad isleña. Cada vez son más los hijos de matrimonios de este colectivo que alcanzan niveles de estudios importantes. En la actualidad, son unos ochenta pero todo indica que serán muchos más en pocos años, ya que más de 500 niños hijos de magrebíes cursan estudios básicos en esta ciudad.
El peso de la comunidad magrebí en Manacor es cada vez más importante. Los últimos datos oficiales de hace un año contabilizan un total de 3.275 ciudadanos marroquíes en el término. Cuentan con dos mezquitas, dos imanes y varios funcionarios del Ajuntament que actúan como mediadores.
En estos últimos años se ha detectado «un evidente cambio de mentalidad, afirma la intermediadora cultural Zohra Laaroussi, licenciada en filología inglesa. «Cada vez hay más familias que desean que sus hijos estudien el máximo posible. En la Universidad hay pocos, una media docena, pero cada vez son más los que cursan estudios medios y superiores de Formación Profesional, tanto chicos como chicas. Sus preferencias son los diferentes niveles de informática y ser auxiliares de clínica».
Los marroquíes «miran al mercado y donde puedan obtener más salidas profesionales», afirma Laaroussi. Los hombres emigraron para trabajar en la construcción o el campo y les acompañaron sus mujeres para quedarse en casa y cuidar de los hijos. «Pero el proceso se ha invertido. Las contrataciones en construcción han caído, pero no en el turismo. Están siendo las mujeres las que toman la iniciativa, ya que tienen en la actualidad más oportunidades de encontrar trabajo como limpiadoras en los hoteles. Hoy en día no es estraño encontrar hogares magrebíes en Manacor donde la que trabaja es la mujer», señala Laroussi.
Esta mirada hacia el turismo ha producido «un gran interés en aprender idiomas, tanto en hombres como en mujeres. Una veintena ya han estado o quieren entrar en la Escuela de Idiomas para aprender, principalmente, inglés o alemán.