La posible huelga de los empleados del tren de Sóller para los próximos 4, 11 y 22 de mayo, más los días 4, 9, 18 y 23 de junio, ha llenado de preocupación a los comerciantes y a numerosos ciudadanos de Sóller.
Temen importantes pérdidas cuando se hace más importante la llegada de visitantes. También les duele que el conflicto pueda afectar a las contrataciones de los agentes de viajes con la empresa del ferrocarril.
El alcalde, Carlos Simarro, hace una llamada a la responsabilidad de los empleados y se ofrece, «si es necesario», como mediador. Considera que esta huelga «está fuera de lugar», teniendo en cuenta además que estos trabajadores gozan de un nivel social «nada despreciable» en Sóller.
Como alcalde «estoy dispuesto a hacer lo que haga falta para intentar llegar a un a un acuerdo. No puede consentirse que el día del Firó, el 11 de mayo, no haya servicio. Eso afecta directísimamente a mi responsabilidad en el día más señalado de Sóller»
Gero Reynés, presidenta de la asociación de comerciantes del emblemático Carrer de sa Lluna, considera que «sería bueno para todos que se produjese la desconvocatoria y que el conflicto laboral se resolviese por otros cauces. Para nosotros es muy importante no tener que pensar en pérdidas y en problemas ahora que se acercan los mejores meses».
El turismo es vital para la economía de la ciudad. En las mejores semanas del año llegan a Sóller y al Port unos 1.500 turistas al día gracias en muy buena parte a la tarea realizada por la empresa del Ferrocarril. En las calles se respira el temor a un golpe de imagen. El lunes por la noche la asamblea de trabajadores decide si escucha a CCOO y UGT y va a la huelga.