El colegio público Miquel Duran i Saurina de Inca, inaugurado hace solo seis años, registra más de un centenar de goteras. El lunes volvió a llover con cierta intensidad y las goteras se reactivaron. Hay goteras en el hall, frente a secretaría, en distintas aulas, en el comedor...
Dos arquitectos del Govern visitaron este martes el colegio para ver lo sucedido. Pero la Conselleria no prevé actuar a corto plazo: existe un litigio judicial con la constructora y hasta que no se dirima difícilmente se harán obras de envergadura.
Las goteras tienen el origen en el propio diseño y construcción del colegio, que se sustenta sobre una estructura unida con juntas a través de la cual penetra el agua.
«No es normal que los niños tengan que hacer clase con un agujero en el techo y un cubo en el suelo», lamenta Gemma Hernández, la presidenta de la Amipa.
«En septiembre enviamos una carta a la Conselleria pero todavía no hemos recibido respuesta. Pedíamos explicaciones de por qué no se arregla el problema, por qué no se ejecuta la fianza que depositó la constructora y por qué no se concede el final de obras, pero no hay respuesta», critica.
Este miércoles la Amipa expondrá la situación a la nueva consellera en la reunión que tendrá con la comunidad educativa de Inca.