Las obras que Serveis Ferroviaris de Mallorca ha venido realizando el último medio año en las estaciones de tren de la Part Forana para implantar el sistema de tornos ha irritado a los usuarios y a algunos ayuntamientos. Los primeros se quejan de las «dificultades» para acceder a los andenes, mientras que los segundos cargan contra el «nulo sentido estético» de SFM al instalar las nuevas casetas para tornos.
Cuanto a los usuarios, la asociación que les representa registró recientemente un escrito ante los ayuntamientos con estación y ante SFM en el que critican el cierre de los recintos que ha hecho que «accesos y pasos para peatones queden blindados, obligándoles [a los transeúntes] a pasar de una calle a otra por pasos a nivel» que a menudo «no están habilitados para peatones».
«Un bodrio»
Ayuntamientos como el de Binissalem y Lloseta también han criticado la actuación de SFM. El alcalde de Binissalem, Jeroni Salom, hizo una queja formal denunciando el impacto sobre la estación vieja que supone la nueva caseta para tornos, caseta que Salom definió como «un bodrio». A simple vista, resulta evidente que el nuevo módulo distorsiona estéticamente el conjunto patrimonial de las estación.