El Ajuntament d'Inca declina pedir indemnizaciones a la empresa concesionaria de la piscina cubierta porque «no nos hemos encontrado nada roto, simplemente se deben mejorar las instalaciones que han ido envejeciendo con el paso del tiempo», según palabras de ayer del alcalde, Rafel Torres, que visitó la instalación.
Estos cambios derivados del paso de los diez años que hace que la piscina está en funcionamiento costarán a las arcas municipales un mínimo de 60.000 euros. «La falta de mantenimiento de los últimos tiempos ha provocado que tengamos que reparar la piscina, vaciarla y poner un descalsificador nuevo, además de cambiar toda la grifería de la instalación y arreglar los desperfectos», según informó la regidora de Deportes, Cati Coll, que indicó que «la piscina se abrirá el 1 de octubre», 15 días más tarde de la fecha inicial.
Con el cambio de gestión de la piscina cubierta, el Consistorio tiene el objetivo de recuperar el número de usuarios. En el 2004, la instalación contaba con cerca de 2.500 usuarios mientras que en los últimos meses solo iban unas 200 personas. Para incentivar a las inscripciones, el Consistorio ha puesto en marcha un sistema de tarifas muy económico.