Hacer compatibles los distintos usos del litoral mallorquín es de cada vez más difícil. Esto es lo que ocurre, cuando menos, en el Corral den Bennàssar, una urbanización del término municipal de Alcúdia encarada a la bahía de Pollença.
Un portavoz de la asociación de windsurfistas de las Illes Balears, Alfonso Navarro, recuerda que practicar windsurf en el Corral den Bennàssar había sido siempre fácil. Las «trabas» comenzaron hace 4 años, cuando el Consistorio alcudienc «empezó a poner piedras» cerca de la playa para «impedir que los surfistas pudiéramos aparcar allí». Hace 2 años el Ajuntament «instaló bolardos con el mismo fin, pero reclamamos a Costas y los quitaron». Ahora han vuelto a instalarlos. Los windsurfistas se quejan también de las boyas instaladas recientemente «para balizar la zona de baño, algo que nos parece bien, pero complicando la entrada al mar de los windsurfistas».
«Consenso»
Navarro asegura que el Ajuntamen actúa «en beneficio de unos pocos vecinos, y sin consultarnos nada, ni a nosotros ni al resto de usuarios de la playa». «Pedimos que se nos tenga en cuenta. Queremos que se garantice un baño seguro a los bañistas y nos parece bien que se ordene la playa, pero queremos continuar navegando aquí. Y seguiremos viniendo», asegura.
Algunos vecinos de la urbanización se quejan a su turno de las actitudes incívicas (e individuales) de algunos windsurfistas. «Aparcan y hacen sus necesidades donde les parece. La urbanización ha perdido su tranquilidad», dijo una vecina.