El Ajuntament d'Inca resolvió ayer, tras 10 años de calamidades, el contrato con la empresa concesionaria de plaza Mallorca, encargada de construir y explotar las instalaciones (el aparcamiento cubierto, un bar cafetería y un lavacoches) durante un periodo de 50 años. Los técnicos municipales realizarán ahora un proyecto técnico para subsanar todas las deficiencias existentes que un informe anterior ya evalúa en más de 600.000 euros.
Pese a las deficiencias y al largo periplo administrativo y judicial (la obra y la concesión han sido objeto de al menos dos contenciosos) el gobierno municipal del PP rechaza abrir una comisión de investigación, tal y como solicita la oposición (PSOE, Més e Independents) y ha devuelto ya los avales con los que la constructora podía responder al menos parcialmente de los desperfectos de la obra.
La oposición sospecha de irregularidades e insinúa que alguien ha hecho un «negocio redondo». El concurso por el que se adjudicó la construcción y explotación de la plaza quedó desierto hace una década y representantes del gobierno municipal del PP viajaron ya entonces para negociar la contratación directamente con Proneco. Esta subcontrató la obra con Construccions S'Esglai a la que no le pagó los trabajos al entender que existían deficiencias. El Ajuntament sí pagó sin embargo los 1.065.344,84 euros que estipulaba el contrato (517.736 fueron abonados a través del Pla Mirall) a Proneco.
La obra, acabada en 2004, nunca llegó a ser inaugurada oficialmente. No abrió nunca el bar–cafetería ni el lavacoches previsto pero el Ajuntament no reclamó mientras la empresa fue solvente. La concesionaria vendió la concesión del aparcamiento y del bar–cafetería por un importe que no ha trascendido, incumpliendo una vez más expresamente el pliego de condiciones. Pasados diez años, tanto la concesionaria como la empresa subcontratada para hacer la obra se declaran insolventes.