Después de 13 años de funcionamiento, una asamblea de la Agrupación de Protección Civil de Sóller (PCS) decidió el jueves «cerrar puertas» y dejar de colaborar a partir de ahora con cualquier acto o acción «no urgente» y sólo intervenir en aquellas emergencias «que pongan en riesgo vidas humanas o potencialmente peligrosas para los bienes personales».
Días atrás el jefe de Protección Civil de Sóller, Andreu Pérez, presentó su dimisión tras considerar que el Ajuntament de Sóller no había cumplido ni una sola de las promesas que había hecho para dotar de material forestal a la agrupación. En un comunicado remitido ayer, PCS acusa al Consistorio de «dejadez y abandono en las funciones propias de un ayuntamiento en materia de Protección Civil», por lo que se convocó una reunión extraordinaria para que los voluntarios pudieran decidir el futuro de la agrupación y elegir un nuevo jefe.
En esta reunión se dejó clara la «decepción por el trato recibido por parte de los responsables municipales, que deberían haber coordinado las tareas». La queja se hace extensiva a otros equipos de gobierno y también al Govern.
Según el comunicado «la falta de apoyo y gratitud ha sido una constante de los responsables políticos durante estos años y este ha sido el motivo por el que ningún voluntario se quiera poner ahora al frente», aunque aseguran que seguirán respondiendo ante emergencias comunicadas por el 112.
Durante los eventos públicos celebrados en Sóller la agrupación juega un papel fundamental de apoyo a la Policía Local. Así fue durante el pasado Firó, donde participaron 46 voluntarios, cuya labor fue reconocida públicamente por el jefe de la Policía Local, Josep Porcel.