Criaturas míticas, bailes, músicas sugerentes, aromas del pasado inundaron las calles de Capdepera y trasladaron a los visitantes a un viaje por la época medieval. Capdepera es la dama de todas las ferias del medievo. A las faldas del Castell y entre sus calles empedradas la recreación de las paraditas, las vestimentas de los vendedores junto con los coloridos pasacalles invitan a una vuelta por el pasado.
Durante todo el fin de semana Capdepera recibe miles de visitantes que año tras año repiten y se acercan a esta localidad para disfrutar de una excelente oferta en un marco incomparable.
Y sin duda se trata de un gran escaparate promocional ya que fueron muchos los turistas que ayer se pudieron ver en las inmediaciones de la feria consumiendo el producto local y llevándose algún que otro recuerdo.
Si una cosa ha destacado este año ha sido la artesanía donde ha habido muestras de oficios en directo que han atraído a muchos turistas sobretodo. Los visitantes pudieron ver como se trabajaba la llatra, la piedra, la cerámica, como se tejía...
Otra de las grandes triunfadoras, edición tras edición, es la comida. Había una amplia oferta en quesos, embutidos y la ‘plaça de la menjúa' concentra diferentes paradas para poder comer.
Cuando cae la noche es cuando transitar por el centro de Capdepera es casi imposible porque son muchos los que visitan este lugar, que al amparo de las lucess se vuelve más mágico.