La fira de Son Carrió, enmarcada en los actos de las fiestas patronales de este pequeño llogaret de Sant Llorenç, es sin duda uno de los atractivos del mes de mayo en el Llevant de Mallorca. Cada año se elige un producto mallorquín al que se le rinde tributo y este año se ha elegido el vidrio. Así un total de siete artesanos o empresas dedicadas a este sector fueron el máximo atractivo de la exposición que acogió el espacio cultural de Ca n'Apol·lònia del llogaret.
Durante estos últimos días el pueblo celebra con gran participación las fiestas y con la resaca de la gran verbena del sábado por la noche es el domingo con la celebración de la feria ganadera, este año la edición XXII, cuando cientos de visitantes invaden las pocas calles del núcleo para participar de las actividades y las muestras que ofrece Son Carrió. Así ayer, se celebró el IV concurso morfológico de la oveja de raza mallorquina, un acto que se celebra únicamente en Son Carrió y que lleva detrás de sí un gran número de aficionados que quieren conocer los entresijos , peculiaridades y características de estos animales.
A estos también se unió la tradicional muestra de animales de diferentes razas que se dan cita en la localidad el día de la feria, gallinas, vacas, perros, caballos, cerdos u otros animales que llamaban la atención de los más pequeños e incluso de los mayores.
Junto a las muestras de diferentes tipos de trabajos con el vidrio, como el trabajo con la técnica Tiffany, el tradicional certamen de pintura de la localidad, y que poco a poco se ha ganado un nombre en el mundo de la pintura, fue otro de los máximos atractivos de la feria, y muchos fueron los que pasaron por las sala de exposiciones a ver las propuestas artísticas.
Vinos, quesos de Menorca, o degustación de helados y platos elaborados por Tomeu Caldentey sirvieron a los más golosos para picar en la jornada ferial que finalizó y puso punto final a quince días de actividades en Son Carrió con música y ball de bot por la tarde.