Los regidores del PSM en el Ajuntament de Llucmajor se quedan solos en su oposición al proyecto presentado por el Consell de Mallorca para prolongar la autopista de Llucmajor hasta el municipio de Campos.
Los nacionalistas presentaron ayer, durante el pleno de la Corporación llucmajorera, una moción «en favor del estudio y redimensionamiento del proyecto de desdoblamiento de la carretera Llucmajor–Campos», en la que, principalmente, cuestionaban la necesidad de los enlaces de Camí de ca na Gabriela y Son Sala –a modo de rotondas elevadas–, así como la necesidad de una mediana tan amplia como la prevista.
No obstante, su propuesta chocó con los votos contrarios de la mayoría absoluta del equipo de gobierno del PP y ASI, así como con la abstención del PSOE y del representante del PI.
Desde las filas socialistas, apuntaron que la reformulación del proyecto retrasaría su ejecución de forma considerable y que, si bien tendrá un determinado coste ambiental, es necesario afrontar esta actuación viaria para poner freno a la sangría de muertes que acumula la actual carretera. No obstante, el portavoz del grupo municipal del PSOE, Joan Jaume Sastre, objetó que el proyecto no contemple una vía de circunvalación y que, a la llegada a Campos, la autopista vuelva a convertirse en una carretera convencional, lo que, a su juicio, provocará un «cuello de botella».
En este sentido el alcalde Joan Jaume Mulet no cerró las puertas a que, durante la ejecución del mismo, el proyecto no pueda ser modificada con tal de dar solución a este problema. En cuanto a la petición del PSM, Jaume Mulet apeló al dictamen de los técnicos, considerando que si han diseñado el proyecto de tal manera es porque se trata de la más idónea.
Dudas
Por su parte, el representante del PI, Bernardí Vives, no ocultó sus dudas sobre el impacto visual y ambiental de la nueva infraestructura, aunque también reconoció que el proyecto en cuestión no difiere mucho de la vía rápida Palma–Manacor, el modelo a seguir, según el PSM.