El Ajuntament de Calvià aprobará en el pleno municipal del próximo jueves una ordenanza en caminada a regular y controlar el pub crawling en las zonas nocturnas del término. El pub crawling consiste en la celebración de ‘excursiones etílicas' organizadas entre los turistas británicos e irlandeses en sus ciudades de origen, en las que un grupo de personas recorre las barras de varias decenas de bares para la ingesta de bebidas alcohólicas hasta emborracharse.
La celebración de este tipo de actividad ha levantado las quejas de la oferta complementaria de las zonas de ocio nocturno de Calvià, al tiempo que preocupa al Consistorio presidido por el alcalde Manuel Onieva (PP), en la medida del desorden público y los daños al mobiliario urbano derivados de estas ‘excursiones etílicas'.
Con el objeto controlar los efectos del consumo desaforado de alcohol por parte de estos grupos de jóvenes turistas, el Consistorio exigirá a los promotores del pub crawling una licencia de actividad y el cumplimiento de toda una serie de requisitos para el ejercicio de la misma.
Requisitos
Hasta ahora ‘invisibles' para la administraciones, los organizadores de estas ‘excursiones etílicas' deberán cumplimentar una solicitud ante el Ajuntament, acompañada del alta del impuesto de actividades económicas, una identificación fiscal, un domicilio a efectos de notificaciones, la relación de personas que se proponen como agentes promotores de las sesiones de pub crawling, el pago de una tasa y, lo más importante, una póliza de seguro de responsabilidad civil que cubra los efectos derivados de la celebración de las ‘excursiones etílicas'. Asimismo, el Ajuntament de Calvià expedirá carnets a los guías de los grupos que realizan pub crawling, quienes deberán vestir un chaleco identificativo. Los organizadores de ‘excursiones etílicas' que no cumplan o vulneren alguno de los requisitos prescritos deberán hacer frente a sanciones que oscilan entre los 750 y 3.000 euros.
Medida pionera
La ordenanza que aprobará el pleno calvianer el próximo jueves es una medida pionera encaminada a controlar y acotar el consumo de alcohol y los conflictos derivados del mismo, al tiempo que permitirá tener identificado a los organizadores de esta actividad y así poder exigir responsabilidades en caso de desórdenes públicos.