Artà vuelve a evidenciar la devoción que sienten por Sant Antoni. La fiesta ha empezado a primera hora de la mañana. Todavía no eran las nueve y una multitud de jóvenes ya esperaba la salida de los dimonis ante la Casa del Trull.
Después de acabar el primer baile, empezó la capta, la vuelta que los dimonis hacen por el pueblo y con la que invitan a la gente a participar en la fiesta.
Como cada año, una multitud de jóvenes vestidos con camisa blanca, pañuelo rojo y con una botella de hierbas o de mistela en la mano acompañaron el desfile.