« A la fi! », así lo señalaba la presidenta del Consell, Maria Salom, en la inauguración de la residencia para discapacitados en Crist Rei en Inca y que forma parte del Patronat Joan XXIII. Este servicio social servirá para paliar parte de la demanda existente en materia de atención a personas con discapacidad, aunque de momento solo ofrecerá sus servicios a diez de las veinte personas que puede acoger.
Las obras de esta residencia finalizaron en 2007, y dos años después el Patronat obtuvo los permisos para su puesta en marcha, y finalmente la concertación de plazas se ha prolongado tres años más.
Las instalaciones, han supuesto una inversión de 1,3 millones de euros que se financiaron con las aportaciones del Govern, del Ajuntament y del propio Patronat. Y después, una vez finalizadas las obras quedaba pendiente el proceso de concertación, que ahora se ha conseguido. Cada plaza de usuario tiene un coste de 40.000 euros anuales de los cuales el Consell a través del IMAS financia en su mayoría. El resto se hace mediante aportación del beneficiario o de su familia. Después de la apertura aún no se consigue eliminar la lista de espera de usuarios.