El 24 de octubre de 1913 se instalaban en Porto Cristo las Germanes de la Caritat. Durante casi un siglo han desarrollado una importante labor social y humanitaria en el núcleo costero. Muy queridas y conocidas en la localidad, se dedicaron durante muchos años a la enseñanza, a los enfermos y a la catequesis.
Durante este periodo se han vivido muchas vicisitudes, muchas alegrías pero también momentos amargos. El convento fue clausurado el 11 de junio de 1992 pero en 1997 se volvió a abrir como residencia de las hermanas mayores. Hoy viven allí 16 monjas que son un testimonio de la humanidad de la congregación. Tienen siempre sus puertas abiertas a todos los vecinos.
Porto Cristo quiso celebrar, ayer por la mañana, con una gran fiesta el centenario de la llegada de las monjas. Los vecinos se volcaron en los actos preparados para la ocasión. A las 11 horas hubo una misa solemne. La Parroquia de la Verge del Carme se llenó de gente para acompañar a las hermanas en esta conmemoración y rendir un pequeño homenaje por su labor humanitaria.
La homilía del rector, Josep J.Caldentey, acompañado de Joan Miquel Riera, fue un recordatorio de lo que ha sido la función de las Germanes de la Caritat y algunas vivencias durante este periodo. Todo ello extraído de un manuscrito que relata la fundación en Porto Cristo, donde se recoge la historia interna de la comunidad. El rector acabó con unos versos del Pare Colom: Quin bell nom us engalana!/ Quin llinatge us fou posat!/Quina dolçor di 'Germana'/cognom 'de la Caritat' .
Tras la misa, las autoridades religiosas y políticas, acompañadas por la banda de tambores, desfilaron en procesión hasta el Convento donde se descubrió una placa conmemorativa. Después hubo un refrigerio.