La suelta de patos de Can Picafort volvió a celebrarse ayer sin la presencia de animales de carne y hueso en el mar, pero sí que estuvieron presentes en otros sitios relacionados con los actos festivos. Por ejemplo, tres patitos vivos copresidieron la mesa donde se sortean los premios; y media docena de ocas -con un patito de goma colgando del cuello y enlazadas con la cuatribarrada- procedentes de Felanitx desfilaron por el paseo poco antes de que comenzara oficialmente la suelta.
Los enmascarados no actuaron y ningún participante pudo recoger patos vivos. Sin embargo, la presencia de animales de carne y hueso en la mesa de premios, así como la graciosa banda de gansos felanitxers, sirvieron para poner de relieve que los picaforters no olvidan que su fiesta se celebraba con animales vivos. De hecho, en el programa oficial de las fiestas el Ajuntament recuerda a la población la respuesta del Govern a su requerimiento para que el Parlament modificara la ley de protección de los animales y permitiera la suelta de patos de carne y hueso: «En la actualidad, no forma parte del programa legislativo del Ejecutivo [...] modificar la normativa propugnada».
Por lo demás, la suelta transcurrió como en las dos últimas ediciones. No hubo patos vivos pero sí sandías, melones y patitos de goma que después se podrían canjear por regalos. La participación fue alta.
Eugenio Garrido, regidor del equipo de gobierno, destacó que la fiesta «ha sido muy guapa y ha ido muy bien» pero lamentó que no hubiera animales vivos. «No pararemos hasta recuperar los de verdad», advirtió.