A las 6.20 horas, en el momento en que empezaba a salir el sol, se cumplía un año más la tradición. Un total de 23 niños eran pasados por el vimer, arbol centenario, para curar las hernias.
Se trata de un ritual, conocido en toda la isla y que realiza la familia Sureda en la finca de s'Hort des Correu, en la madrugada de Sant Joan. Se cortan por la mitad las yemas nuevas de los vimers. Una rama para cada niño. Cuando sale el sol, el niño se pasa por las ramas y se frota el ombligo con la savia del árbol.