La asociación de taxistas de las Illes Balears denunció ayer la competencia desleal y los perjuicios económicos que les causa los trenecitos turísticos que suelen funcionar en verano en las localidades de costa. El colectivo critica, asimismo, «la ausencia de medidas de seguridad» con que viajan sus pasajeros.
Para ilustrar su queja, los taxistas pusieron el ejemplo del Port d'Alcúdia, una localidad en la que este verano se ha vuelto a poner el tren en marcha después de 5 o 6 años de ausencia. «La facturación de los taxistas ha bajado un 35 por ciento inferior respeto al año anterior», relató José Álama, el presidente de la asociación. Álama avisó que si esta situación persiste «no descartamos movilizaciones o parones en plena temporada turística». Álama puso también énfasis en los puestos de trabajo «que se pierden».
Tomeu Cladera, taxista de Alcúdia, explicó que el trenecito sale cada 20 minutos, desde las 9 de la mañana hasta la medianoche, y que hace una decena de paradas en su recorrido. El billete tiene un coste de 3 euros ( 1,20 los niños) y que con uno se puede viajar todo el día. En su opinión, el trenecito «una línea regular de autobús más que como un servicio turístico». «No hace una excursión a los sitios turísticamente emblemáticos de Alcúdia y el Port», añadió.
Preguntada al respeto, la alcaldesa de Alcúdia, Coloma Terrassa, recordó que el trenecito turístico es legal y que se adjudicó después de hacer el pertinente concurso público.
Seguridad
Por otra parte, los taxistas avisaron de la «escasez de medidas de seguridad» con que cuenta el trenecito. «Los viajeros no llevan cinturón, y los niños van encima de sus padres. Una frenada precipitada puede resultar desastrosa», advirtió Álama.
Álama insistió en que la disminución de ingresos por parte de los taxistas no solo se ha registrado en Alcúdia, sino también en las zonas de Can Picafort y del Llevant. En el municipio de Calvià no hay trenecito.