La ciudad de Inca tendrá un albergue juvenil. Se ubicará en el 'casal de joves', en una edificación adosada que antes habrá que reformar, y tendrá capacidad para unas veinte camas. En principio abrirá sólo para estancias previamente concertadas.
El alcalde, Rafel Torres, explicó ayer el proyecto junto a otros representantes municipales. La edificación que se rehabilitará dispone de unos cien metros cuadrados repartidos en dos plantas. La de abajo acogerá la cocina, una sala comedor y un baño, mientras que el dormitorio y otro baño se instalarán en la de arriba. Habrá unas diez literas.
La edificación adosada que se reconvertirá en albergue se usa actualmente como almacén del 'casal de joves'. El Consistorio deberá adecuar ahora la tabiquería y embaldosar el suelo. Se prevé gastar unos 20.000 euros.
Gestión
El Ajuntament pretende que el albergue entre en funcionamiento antes de que acabe el año, pero aun no ha cerrado el modelo de gestión. «Lo estamos estudiando», explicó Torres. El alcalde detalló, asimismo, que la infraestructura no se limitará a estancias de jóvenes, sino que también lo podrán usar otros grupos de personas que estén temporalmente en la ciudad.