El Ajuntament de Llucmajor ha conseguido rebajar el plazo medio de pago de facturas a proveedores de 400 días a 180. Así lo reveló ayer el alcalde Joan Jaume (PP), a la hora de dar cuenta al pleno municipal del informe relativo al cumplimiento del plan de ajuste, estabilidad financiera y pago de obligaciones al que se ha sometido la Corporación local en el primer trimestre de 2013.
Si bien los proveedores deben esperar todavía casi medio año a cobrar sus facturas, Jaume destacó que este plazo se ha reducido en más de un 50 por ciento, cumpliendo así con los ratios que marca la normativa impuesta por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas.
Incumplimiento
Sin embargo, el alcalde reconoció que, pese a que el plan establece que las facturas pendientes deben abonarse por orden de emisión de las mismas, el Consistorio, aún incumpliendo las exigencias establecidas por el ministro Montoro, ha priorizado el pago a autónomos, pequeñas y medianas empresas.
Pero este no es el único incumplimiento del plan efectuado, a sabiendas, por parte del equipo de gobierno. Joan Jaume recordó que, contrariamente a lo que establecía el plan de ajuste, no se ha cerrado la residencia de la Tercera Edad, ni la piscina de s'Arenal, así como tampoco se ha subido el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). No obstante, recalcó el alcalde, estas renuncias no han impedido cumplir con el equilibrio presupuestario.
Desde la oposición, el PSM, Miquel Serra lamentó que la reducción del personal de las escuelas infantiles municipales, tal y como indicaba el plan, no ha contribuido a mejorar la economía del Ajuntament. En este sentido, el portavoz de CxI, Bernardí Vives, criticó la gestión en lo tocante a las escuelas infantiles, ya que, según sostuvo, se ha perdido la mitad de usuarios y se han mantenido los costes.
Al este respecto, el alcalde respondió que, si no se hubiesen subido precios, se abocaba -tanto a las escuelas infantiles como a la residencia de la Tercera Edad- a la quiebra absoluta.