El perro Bob es famoso en Sóller. Se trata de un basset leonado de Bretaña, propiedad del mendigo que hace dos semanas falleció después de agonizar durante días rodeado de ratas en la alcantarilla de desagüe donde vivía, al parecer de forma voluntaria.
Ahora el perro ha encontrado un nuevo hogar, un nuevo amo y una nueva familia. «No ha sido por casualidad que nos hemos quedado con el Bobby» explica Peter Owen Lochman, un norteamericano de Winsconsin afincado en el valle desde hace 25 años. Lochman conoció al mendigo –llamado en realidad Karl Heinz Kumbrin, aunque utilizaba un seudónimo– cuando un día pasaba por delante del sitio donde habitaba. «Vi a un hombre con un perro y como me gustan tanto me paré. Para mi sorpresa me encontré con una persona formada y educada, a pesar de su aspecto, y estuvimos hablando más de dos horas. Desde aquel día les visitaba periódicamente para llevarle ropa o comida igual que otros vecinos».
Lochman, que no pudo disimular su emoción al hablar se muestra convencido de que Karl «no habría rechazado ir a un albergue cuando se le ofreció si no fuera porque esto implicaba abandonar a Bob. Era su mejor amigo y lo demostró poniendo su bienestar por encima del suyo propio».