El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1990, mucho más permisivo que el actual, vuelve a regir el crecimiento urbanístico de Formentor. El Tribunal Superior de Justicia de las Balears (TSJB) ha anulado la adaptación del PGOU al POOT (Plan de Ordenación de la Oferta Turística) aprobada por el Consell de Mallorca en 2008 en lo que se refiere a la emblemática urbanización, al entender que los informes medio ambientales de la época fueron insuficientes.
La sentencia, dictada por el TSJB el pasado 29 de abril, puede ser recurrida. Los servicios jurídicos y los técnicos municipales estudian ahora las consecuencias de un dictamen que rebobina el urbanismo de Formentor 13 años.
Licencias de obra
La normativa del 91 permitía ampliar el hotel Formentor hasta 550 plazas frente a las 350 que se permiten ahora y una modificación puntual del PGOU aprobada en 1994 y ahora también en vigor flexibilizaba aún más el urbanismo en la península, permitiendo conceder licencias de obra en la zona a partir de esa fecha sin proyecto de compensación ni de urbanización aprobado. Los técnicos mirarán ahora si la normativa supramunicipal aprobada desde esa fecha blinda o no la urbanización hasta garantizar la dotación de servicios.
El alcalde de Pollença, Bartomeu Cifre Ochogavía (PP) tiene previsto reunirse la próxima semana con los responsables del hotel y los representantes de los vecinos para comunicarles su intención de «continuar las mismas líneas urbanísticas que hasta ahora teníamos en Formentor».
Sentencia
Cifre Ochogavía confía en poder subsanar los errores que señala la reciente sentencia judicial a través de la propia Comissió Balear de Medi Ambient, sin necesidad siquiera de recurrir la sentencia.
«Nuestra intención es subsanar la situación y que sea de aplicación la normativa actual mucho menos desarrollista que la anterior», indica el alcalde. La reciente sentencia judicial no hace sino evidenciar una vez más los avatares urbanísticos por los que ha pasado Formentor en los últimos 80 años y que han llevado a tener una urbanización a medias con importantes deficiencias en cuanto a servicios básicos y un hotel, emblemático en su día, que ha quedado pequeño para las actuales necesidades del mercado.
Fue precisamente el PGOU de 1991 el que calificó por primera vez Formentor como suelo urbano pese a no existir un plan de ordenación.