El GOB ha avisado de que los despidos realizados en Espacios de Naturaleza Balear «perjudica» el uso público y la conservación del Parque Natural de S'Albufera de Mallorca, teniendo en cuenta que se han reducido los horarios para visitarlo, al tiempo que ha disminuido la vigilancia del mismo.
En un comunicado, la entidad ecologista ha criticado que S'Albufera de Mallorca «ya sufre de forma bien visible» los recortes aplicados por la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio
«Quizás el efecto más visible en estos momentos es la incapacidad, con los medios humanos disponibles, por mantener el horario de apertura al público, de forma que desde hace semanas el parque cierra algunos días a las 16.00 horas, cuando normalmente se mantenía abierto hasta las 18.00 horas», ha señalado.
El GOB ha recordado que el componente más atractivo del parque para los visitantes son las aves, que tienen una actividad mínima durante las horas centrales del día y máxima a la mañana y a la tarde, por lo que ha criticado que aplicando este recorte de horario se elimina la posibilidad del «goce adecuado por parte de los visitantes durante los atardeceres».
En este sentido, ha reprobado que cerrar a las 16.00 horas cuando el día ahora ya se estira hasta las 20.00 horas es una medida que «limita gravemente la rentabilidad pública y turística del parque».
Así, ha apuntado que especialmente en estas fechas, S'Albufera recibe un número muy importante de turistas ornitólogos, que visitan el parque para ver pájaros, por lo que se trata de un turismo de temporada baja y buen nivel adquisitivo que, a su juicio, se debería «potenciar y no limitarlo gravemente con medidas como ésta».
Por ello, el GOB ha manifestado que son muchos los visitantes que no renuncian a visitar el parque por las tardes y esquivan la barrera que se encuentra cerrada, de forma que «aquí aparece otro efecto, más grave todavía, de los recortes, como es la carencia de vigilancia».
En esta línea, ha revelado que el parque cuenta en estos momentos sólo con la vigilancia de un agente de medio ambiente, que se dedica de forma parcial.
Por tanto, ha censurado que desde la declaración del parque, ahora hace 25 años, «nunca la vigilancia había sido tan baja (entre 1990 y 2010 se destinaron entre cuatro y seis personas a estas tareas)».
«En un parque que tiene un uso público anual de unos 100.000 visitantes, esta carencia facilita que se multipliquen los comportamientos ilegales, como el acceso fuera del horario permitido, y otros mucho más preocupantes, como el tránsito fuera de los itinerarios autorizados, navegación por los canales, pesca furtiva, acampada y tránsito sobre las dunas».
Por todo ello, la entidad ecologista ha considerado que la realidad que están sufriendo los espacios protegidos y que empieza a hacerse «escandalosamente visible», demuestra que las funciones realizadas por el personal despedido no eran un «lujo prescindible, como lamentablemente se ha transmitido por parte de los responsables políticos de la conservación de espacios protegidos, sino una necesidad ambiental, social y económica.