Antoni Reus es desde ayer el nuevo alcalde de Santa Margalida. Sustituye en el cargo al histórico Miquel Cifre que deja la política después de 23 años de dedicación.
Reus tomó posesión ayer a las 19.30 horas en el transcurso de un tenso pleno extraordinario en el que contó con los únicos votos de sus compañeros de Suma pel Canvi (5) ya que sus socios de gobierno de Convergència votaron a Joan Monjo (3), los concejales del PP votaron a Martí Torres (5) y los de CPU a Jaume Malbertí (3). Aunque igualaba en votos a Torres, Reus fue elegido alcalde porque la suya fue la lista más votada en las elecciones de 2011.
El portavoz de Convergència, Joan Monjo, confirmó que ante la falta de una mayoría absoluta Convergència seguirá apoyando al gobierno municipal. «Reforzaremos el acuerdo hasta el final de legislatura», dijo.
El cambio de alcalde se preveía como un acto emotivo similar a la despedida de Cifre el lunes por la noche pero el portavoz del PP, Martí Torres, rompió las previsiones con un discurso duro y crítico en el que cargó contra el pacto de gobierno suscrito por Suma pel Canvi y Convergència, llegando a denunciar que este se habría firmado antes incluso de las elecciones municipales.
Las críticas del portavoz del PP, que recurrió en su discurso a cuestiones muy personales para hacer una lectura política, en concreto sobre la dimisión de la número 2 de Suma, Miquela Pomar a principios de legislatura por motivos de salud, fue recibida con gran revuelo y algunos abucheos hasta el punto de que Torres le pidió al ya alcalde Reus que interviniera en su favor. «Yo cuando fui alcalde tuve que aguantar muchas más cosas y nadie pió», dijo Torres. El nuevo alcalde, Antoni Reus, fiel a su talante tranquilo, evitó entrar en polémicas salvo para reprochar el «mal gusto» de Torres al aludir a temas personales.
Reus anunció que dará continuidad al proyecto iniciado en junio de 2011 trabajando por la transparencia, la austeridad y la defensa de la lengua, la cultura y el patrimonio de las Islas.