El pueblo de Sant Llorenç ha querido indagar en la historia de los talleres de bordados y su importancia a principios del siglo XX. De esta manera, reconoce la mano de obra femenina en este sector y su contribución a la reactivación económica del municipio.
Ello ha sido posible gracias al trabajo de investigación de Lourdes Melis, ganadora de la beca del Ajuntament en 2010 sobre bordados. Con el objetivo de dar a conocer los resultados de la investigación llevada a cabo durante más de dos años, el Ajuntament ha organizado unas jornadas con diferentes ponentes con el objetivo de contextualizar esta manufactura y entenderla desde diferentes puntos de vista.
La primera fase del estudio abarca de 1924 a 1974. Las conclusiones hablan que el primer taller de bordados fue abierto por un empresario catalán, Joan Miró, que fue el punto de partida de la industria llorencina de los bordados. Durante años los talleres proporcionaron una salida laboral remunerada. La actividad implicaba a todas las mujeres de la casa. La Guerra Civil interrumpió esta actividad pero una vez finalizada proliferaron los talleres de segunda generación con un producción que se distribuyó incluso fuera del país.