La polémica por la posibilidad de que los caparrots bailen en el interior de la iglesia durante la celebración de las completas de Sant Antoni ha dividido al pueblo de sa Pobla. Mientras que una parte de la población opta por defender la danza de los cabezudos en el interior del templo, otro sector del pueblo, entre los que se encuentran los miembros de la Obreria de Sant Antoni y el rector del municipio, Joan Pons, se opone al considerar que «se perdería el carácter solemne de las completas de Sant Antoni», según explicó un miembro de la Obreria.
De hecho, desde que entraron en escena por primera vez los caparrots en Sant Antoni, en el año 1953, sólo se ha vivido la danza de las populares figuras en el interior del templo en dos ocasiones. La primera fue en el año 2004, con motivo de la presencia de Alexandre Cuéllar, que fue una de las personas que impulsaron la creación de estas figuras durante la fiesta de Sant Antoni. La segunda vez fue el año pasado.
Mientras que los miembros de la Obreria mantienen que en 2012 se permitió la entrada de las figuras, que son elementos civiles, en el interior de la iglesia por la celebración del año Ballester, el alcalde Biel Serra (PP) explicó ayer que «después del éxito en el año 2004, el año pasado propuse que los cabezudos volvieran a hacer acto de presencia en las completas y la mayoría de personas coincidieron en que fue un acto muy emotivo y todo un éxito». Serra desmintió que la entrada se hiciera en memoria de Ballester.
Desde la Obreria de Sant Antoni recordaron ayer que «el rector es el obrer major y es el que tiene la última palabra y si él dice que no entran los caparrots , no entran». El Consejo Parroquial, por su parte, también votó en contra del baile de los cabezudos en la iglesia.
El alcalde defendió la entrada de los cabezudos en la iglesia porque «como elementos civiles que son, el planteamiento es que entren y hagan una reverencia a la figura de Sant Antoni, el auténtico símbolo de la fiesta, y otra al pueblo. Se trata de una fusión del símbolo nuevo y civil que son los caparrots hacia el símbolo originario y religioso que es Sant Antoni».
La polémica, lejos de quedar como una anécdota, ha saltado a las redes sociales. En Facebook se ha creado el grupo Jo també vull que els Caparrots tornin entrar a l'església que, en un día, ha conseguido más de 200 seguidores.