Agua. El primer intento del Ajuntament de Campos de evitar cumplir el auto del TSJB que le ordena tirar los chalés de ses Covetes antes de mayo termina en fracaso. La Sala de lo Contencioso dictó ayer un auto en el que rechaza una petición municipal que señalaba que le resulta imposible tirar las obras. La negativa es tajante y está acompañada de un nuevo tirón de orejas a las autoridades municipales cuya intención, asegura, es «obstaculizar la inmediata ejecución de la sentencia» y que, para ello recurre a un fraude de ley.
El TSJB además hace constar que la posición municipal es «milimétricamente la misma» que sostiene la mercantil Marina Ernst, titular de la licencia nula y cuyo socio principal es el padre del actual alcalde de Campos.
El nuevo auto responde a la petición del Ajuntament de declara que es imposible demoler la urbanización. El TSJB señala que la petición contradice a todo lo mantenido hasta ahora, ya que el Consistorio lo que solicitaba era que se diera la sentencia por ya ejecutada con la paralización: «Lo que deja bien claro el Ajuntament es que no ha ejecutado la sentencia sin que se sepa, o al menos nunca se nos dijera el porqué tampoco quiere ahora que se ejecute». La Sala señala que este tipo de incidentes de imposiblidad de ejecución tienen un plazo de dos meses para presentarse. Por lo tanto considera extempórea la petición dado que la sentencia del Supremo es de 2008. Ante esta situación señala: «Ha de concluirse que el Ajuntament de Campos realiza esta petición al Tribunal en fraude de ley o fraude procesal, puesto que, teniendo o no conciencia de burlar la ley, elude, viola o soslaya la prohibición de promoverlo fuera de plazo; y ello con la finalidad de obstaculizar la inmediata ejecución de la sentencia».
El Ajuntament y la empresa tienen también recurrido el auto del pasado 13 de noviembre, el que fijaba el plazo de seis meses para tirar ses Covetes.