Solo faltan tres días e Inca calienta ya motores para su fiesta grande, la madre de todas las ferias, el Dijous Bo.
La tradición manda que el fin de semana previo al Dijous Bo las principales plazas del núcleo vibren al calor de los foguerons de Santa Maria la Major para ya el domingo noche dar el pistoletazo oficial a la feria con el pregón del Dijous Bo en el interior de la iglesia parroquial.
Lo habitual es que el pregonero ofrezca un discurso, bien institucional, bien histórico o sentimental pero este año el pregonero era ciertamente «atípico» muy dado a crear «ilusiones».
«Todo cambia tan rápido en estos tiempos que he decidido no llevar un texto escrito», decía Joan Monse en los momentos previos al show. Hubo música, improvisación y aplausos en un intento, ya lo había anunciado previamente, por infundir «ilusión» en estos tiempos de crisis.