Unas 150 personas de Binissalem participaron ayer en la manifestación convocada por los partidos de la oposición (PSOE, PSM-Independents-Esquerra y Unió per Binissalem), Gadma y la delegación local de la OCB para denunciar la intención del Ajuntament de la localidad de externalizar el servicio del agua. Una vez finalizada la concentración y después de la lectura de un manifiesto, los representantes políticos accedieron al Consistorio para entregar las cerca de 440 alegaciones que se han recogido en contra de esta medida.
Desde la oposición no dudan en decir que «el único objetivo del Ajuntament para querer privatizar el agua es conseguir un préstamo de 2,5 millones que se deberán devolver a la empresa concesionaria con intereses». Por su parte, el representante de la OCB, Joan Escanellas, que leyó ayer el manifiesto, añadió que «los que ganan abusan de su mandato» y denunció que «las razones presentadas por el equipo de gobierno (PP) para querer privatizar el agua no parecen verdaderas y dan pie a las sospechas».
El alcalde, Jeroni Salom, que presenció la lectura junto al teniente de alcalde, José Fernández, y el regidor Antonio Javier Negre, mostró su malestar por las palabras pronunciadas por Escanellas y sentenció que «aún no se conoce el pliego de condiciones con el que se sacará a concurso la externalización del agua por lo que no entiendo en qué se basan las sospechas».
El alcalde Salom explicó que con la concesión del servicio del agua a una empresa privada durante 30 años «el Ajuntament no pierde el control del servicio. Ahora se elabora el pliego de condiciones que obliga a la empresa a controlar las fugas de agua en un 72%, cuando hoy en día sólo podemos controlar el 40%, y le impide aumentar las tarifas por encima del precio que pagan el resto de pueblos del Raiguer».
Por lo que se refiere a los 2,5 millones, Salom dijo que «es un canon de agua que se destinará íntegramente a pagar deuda y que se devolverá a la empresa para que no se suban las tarifas».