La llegada de «combustible sólido derivado de residuos» (el PSOE se refiere a él como «basura») no es una novedad en el Port d'Alcúdia aunque no había trascendido a la opinión pública hasta ahora. La consellera de Medi Ambient del Consell de Mallorca, Catalina Soler, confirmó ayer que 800 toneladas de «combustible sólido derivado de residuos» han entrado a Mallorca desde el 2008 a través del Port d'Alcúdia a petición de Cemex que lo utiliza para alimentar su planta cementera en Lloseta.
Soler explicó que «la Comisión Balear de Medi Ambient autorizó en 2008 a la cementera a traer este tipo de combustible desde la península». «Nadie ha dicho nada y nadie se ha quejado hasta ahora y todo ha entrado por Alcúdia», añadió.
El dato
El dato fue revelado ayer por el teniente de alcalde de Alcúdia Joan González (PP), durante el transcurso de un pleno extraordinario convocado a petición de la oposición (PSOE y CxI) para debatir sobre «el rechazo a la importación de basuras de Europa para incinerarlas en Mallorca». González reprochó al PSOE la campaña de «alarma» que ha generado «repartiendo basura y panfletos a los turistas» en las zonas turísticas cuando en 2008 la Comissió Balear de Medi Ambient ya autorizó a traer este tipo de residuos de la península para utilizarlos como combustible. «Entonces gobernaban los socialistas», dijo el regidor del PP. En todo este tiempo se han importado un total de 800 toneladas.
El pleno de Alcúdia rechazó ayer la moción de la oposición contra la «importación de basura de Europa» con el voto de calidad de la alcaldesa ya que la regidora no adscrita Carme García se abstuvo en la votación.
La alcaldesa de Alcúdia, Coloma Terrassa (PP), está a la espera de recibir del Consell de Mallorca un estudio que justifique que el Port d'Alcúdia debe ser el lugar de entrada del «combustible». El PP local sostiene que el traslado hasta Bunyola «generará problemas de tráfico» y supone un «mayor coste de transporte» por lo que pide al Consell que el «combustible» procedente de Europa llegue a la Isla a través del puerto de Palma, más próximo a la planta de incineración de Son Reus. Coloma Terrassa, explicó que «sabemos que los hoteleros del municipio también han pedido al Consell de Mallorca que reconsidere esta opción». «Se ha creado una gran alarma social», añadió.