Un año después de encargar un estudio sobre la viabilidad de ampliar el Club Náutico Serranova ‘Es Mollet' con 300 nuevos amarres, los socios renuncian a continuar con el proyecto valorado en 40 millones de euros y que desde su anuncio en 2011 había despertado una fuerte oposición de los gobiernos municipales de Santa Margalida y Artà así como de diferentes agrupaciones ecologistas.
«El socio tiene miedo, le preocupa que venga mucha gente con un poder adquisitivo más alto, que suban las cuotas, cambie el puerto y salgan perjudicados». El presidente del Club Náutico Serranova, Jaume Pizá resumía ayer con estas palabras el contenido de la asamblea celebrada el sábado por la tarde.
«De los cerca de 80 socios que asistieron a la convocatoria una veintena votó a favor de instar al Govern a ampliar sus instalaciones, una treintena se opuso y el resto se abstuvo de opinar», según informó el presidente. «La abstención ha sido determinante y aunque en un principio (hace ahora un año) votaron a favor de hacer el estudio ahora han sido mayoría los que no quieren seguir, hemos tirado 30.000 euros», añadió el presidente del club. Estos 30.000 euros son lo que ha pagado el club según el presidente por el estudio de ampliación que se votaba el sábado.
La ampliación de ‘Es Mollet' (así se conoce este puerto en el ambiente náutico por sus pequeñas dimensiones) colea por Santa Margalida desde hace más de una década. De hecho el Govern rechazó hace años un primer proyecto de ampliación por los posibles daños que sufriría la poseidónea, pero los directivos del club confiaban ahora en tener el visto bueno del gobierno autonómico que se ha manifestado en varias ocasiones partidario de la ampliación de los puertos deportivos.
El Club Náutico Serranova fue fundado en 1965 antes incluso de disponer de una instalación portuaria. En 1970 recibió la autorización para construir un pequeño malecón que en 1983 amplió. La configuración actual del puerto data de 1990. Ocupa 10.911 metros cuadrados (5.051 m2 de tierra y 5.860 m2 de espejo de agua) lo que lo convierte en uno de los puertos deportivos más pequeños de las Illes Balears. Dispone de 113 amarres para embarcaciones de menos de ocho metros de eslora.
El puerto depende de Ports de les Illes Balears que otorgó en 2007 la concesión al Club Náutico Serranova por un periodo de 30 años.