La titular del Juzgado de Instrucción número 12, Carmen González, no ve indicios de delito en la protesta que el pasado 28 de mayo tuvo lugar, en contra de los recortes, en el municipio de Bunyola, adonde tenía previsto asistir el presidente del Govern, José Ramón Bauzá, y que se saldó con la detención de cuatro jóvenes que, de hecho, alegaron tras ser arrestados que su intención era recibir de forma «pacífica» al jefe del Ejecutivo balear.
Y es que la magistrada afirma, mediante una providencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, que los hechos sucedieron al amparo del ejercicio de derecho de reunión y manifestación pacífica, alegando además que en ellos no se produjeron lesiones ni daños como tampoco se obstaculizó de forma significativa la circulación ni se produjeron circunstancias que entrañaran peligro alguno.
La jueza, que en su resolución da traslado a la Fiscalía a fin de que se pronuncie sobre si debe continuar la instrucción de la causa o si por el contrario se incoa un juicio de faltas, basa sus argumentos en varios artículos de la Constitución Española así como en criterios del Tribunal Constitucional, que califica estos derechos «como cauce del principio democrático participativo y destacando su relieve fundamental en un Estado social y democrático de Derecho como el proclamado en la Constitución».
La instructora de las pesquisas alude asimismo a uno de los artículos del Convenio Europeo para la Protección Humanos y de las Libertades Fundamentales para reforzar su postura respecto a las investigaciones practicadas en torno a la protesta y a la actuación de los encausados, defendidos por el abogado Josep de Luis.
Cabe recordar que los detenidos lamentaron ante la jueza, tras pasar a disposición judicial, el trato que les infligieron los agentes de la Guardia Civil que les arrestaron y, en el caso de uno de ellos, cómo le «alzaron, me tiraron del pelo repetidas veces y antes de entrar en el coche me tumbaron de cara y uno de ellos me puso la rodilla encima de la cara».
Según recordó, tras ser introducido en el vehículo del Instituto Armado «me tenían la cabeza medio empotrada en la puerta» mientras uno de los efectivos le comenzó a presionar «encima de mis ojos». Se trata de uno de los cuatro testimonios arrojados ante la magistrada, quien tras tomar declaración a los jóvenes detenidos acordó su puesta en libertad con cargos.
Niega que mordiera a un Guardia Civil
En este contexto, aseguró que no mordió a ninguno de los agentes y tampoco vio a ninguno con mordedura alguna, después de que uno de los efectivos presentase un parte de lesiones y acusase a uno de los detenidos de haberle mordido en el antebrazo.
Por su parte, otro de los arrestados defendió que los protestantes no provocaron incidente alguno en el lugar de la concentración como tampoco insultaron a los guardias civiles, si bien recriminó el trato recibido por parte de los agentes, quienes «me estrecharon bastante el cuello y cuando les decía basta, me apretaban más».