Los dos kilómetros de les Avingudes de Manacor se transformaron ayer en una zona abierta al comercio y la artesanía. Metros y metros llenos de estantes, carpas y puestos repletos de los productos más variopintos. Los manacorins y todos los visitantes que llenaron las calles presenciaron una Fira de Setembre muy concurrida pese a la reducción de vendedores y el recorte de kilómetros, las ediciones anteriores la feria contaba con cuatro kilómetros.
Pero ello no detuvo a miles de personas que se pasearon durante la mañana y la tarde de ayer por las Avingudes contemplando los productos que ofertaban los puestos. Todos los sectores estuvieron presentes e incluso demostraciones de karate.
Este año se cumplía la decimoquinta edición de la Fira de Setembre a les Avingudes. Su objetivo es potenciar el comercio de esta zona de la ciudad durante todo el día, ya que por la tarde, los espectáculos familiares aportaron la animación necesaria para mantener las calles repletas de gente. Aunque en esta edición, la muestra de coches y de maquinaria industrial no participó en la feria, la diversidad fue una de las notas dominantes durante la jornada.
Todos los sectores estuvieron presentes y se podía encontrar prácticamente de todo. Los productos alimenticios de elaboración artesana tuvieron mucho éxito entre el público, pero la bisutería, los textiles y los juguetes también hicieron las delicias de grandes y pequeños demostrando que el comercio local sigue existiendo y que la crisis no lo ha mermado. «Por ello tenemos que seguir apostando por esta feria, ahora más que nunca» señalaba Joan Egidos presidente de la Associació de Comerciants i Empresaris de les Avingudes.
En el día de ayer, visitantes y manacorins pudieron firar desde los dulces típicos ibicencos hasta las pastas típicas del otro lado del Atlántico y pasear entre bailarinas de danza del vientre y xeremiers disfrazados de bufón.
Hoy las avenidas celebrarán el tradicional firó.