Poco antes de las siete de la tarde el olor de la albahaca comenzaba a impregnar el pueblo de Montuïri, que miraba sin pestañear el reloj, a la espera de la salida de los Cossiers. Cuando llegó el momento, Toni Nicolau, Joan Albert Cerdà, Pere Servera, Miquel Miralles, Miquel Ginard, Toni Miralles Niell y Tomeu Fullana (dama) salieron de la casa consistorial para acto seguido subir al catafalco y comenzar sus danzas ancestrales acompañados del Dimoni , Joan Mesquida.
Una vez que escucharon el flabioler interpretar las primeras notas de Flor de murta, dejaron la tensión atrás y comenzaron la actuación para una plaza Major con miles de personas.
Al bajar del catafalco, los Cossiers recorrieron las calles del pueblo al compás de canciones como Obriu-mos , Mestre Joan o Mocadors .
Durante el itinerario, el Dimoni se aseguró que todos los jóvenes corrieran por las calles de la Vila. Los Cossiers continuaron con sus características danzas por distintas casas del pueblo, hasta más allá de las nueve de la noche, donde el recorrido finalizó otra vez en la plaza que aglutinaba al público que esperaba los últimos bailes de los Cossiers en la víspera de Sant Bartomeu. La fiesta no acabó aquí, ya que diferentes grupos animaron la noche con música.
Han sido 11 meses de ensayos, preparándose para las fiestas patronales de Sant Bartomeu y, para cuando llegara el momento, enorgullecer al pueblo de Montuïri con esta tradición que perdura año tras año.
Hoy, a partir de las diez de la mañana, la celebración continuará con una nueva salida de los Cossiers, que recorrerán de nuevo las calles de la localidad. Después tendrá lugar la eucaristía, donde bailarán l'Oferta .