Llorenç Lladó, actual párroco de Bunyola, y valldemossí de nacimiento, fue entre 1996 y 2008 rector de Felanitx. Desde entonces cada año ha pasado por debajo del palio de la peña El Coso en la fiesta de Sant Agustí. De hecho, es el único que pasa por allí a hombros. Y el año pasado vivió muy cerca los incidentes acaecidos delante del portal del convento, de donde él lo vio todo. Pese a ello, nadie le ha llamado para prestar declaración.
Lladó considera que durante esta fiesta «El Coso es el grupo que más anima. Ya empiezan por la mañana con sus rituales de resurrección de la Quica, y son los que atraen un mayor grupo de jóvenes. Y en la salida del Ofici, lo normal es que se haga bulla con las autoridades, sean de uno u otro color. El año pasado, lo que ocurrió fue que las autoridades presentes llevaban encima lo que esta ocurriendo con el tema de la lengua».
Lladó manifiesta que desde su posición vio «lo mismo de cada año empujones, gritos, lanzamiento de líquido, lo habitual. Pero este año alguien se alarmó, se asustó. Yo soy solidario con los multados ya que los que delinquieron fueron los que utilizaron los gases».
El que fuera rector de Felanitx también señala que «este año no sé que ocurrirá. Hay un interrogante, pero seguro que si no hubieran acudido a la vía penal la fiesta habría estado en paz. Si yo hubiese sido rector de Felanitx habría mediado con el alcalde para pedir una amnistía ya que los actos se produjeron en un contexto de fiesta y de joia».
Para el párroco de Bunyola la fiesta tiene este carácter y recuerda que el año pasado «los que me llevaban tropezaron y me caí al suelo, y en seguida se preocuparon por mí, pero esto ya entra en la fiesta».
Finalmente, Lladó manifiesta que «creo que ninguno de los consellers que estaban en la fiesta tuvo que ir al centro de salud, mientras que algunos de los ciudadanos anónimos sí que tuvieron que acudir al medico».