Hace más de veinte años cerraron las últimas minas de Mallorca. La comarca del Raiguer fue la zona con más actividad minera de la Isla. Durante más de 100 años funcionaron instalaciones de extracción de carbón en Alaró, Lloseta y Selva.
El pozo Santa Catalina, abierto hasta 1975, fue uno de los más importantes. El Plano Inclinado Acetileno lo relevó. Entre 1980 y 1991 estuvo en funcionamiento sólo esta mina, que asumió el peso de la producción total de la Isla.
Juan Lozano, antiguo ingeniero de esta última, recuerda que «debían trabajar en los pozos un total de 110 personas, pero los mineros de interior eran unos 80». Muchos de ellos venían de la Península, la mayoría de tierras andaluzas.
De todas las minas del Raiguer se extraía lignito, una variedad de carbón de escaso poder calorífico. Desde principios de los años 40, el Coto minero de Alaró había pertenecido a Andreu Isern. La última propietaria fue una filial de Gesa, Lignitos SA, que cerró las minas a finales de los 80.
La competencia exterior propició hace más de veinte años que el Raiguer se quedara sin pozos, después de décadas de impulsar la actividad minera en Mallorca.