Las reacciones a la rebaja del límite de alturas máximo permitido en las edificaciones de la base militar del Port de Pollença no se han hecho esperar.
Esquerra y PSM alertaron ayer del peligro de un excesivo crecimiento urbanístico (ahora se podrán construir planta baja y tres alturas) que «dinamita el argumento que muchos han utilizado durante años de que esta zona se ha conservado gracias a su uso militar», dicen Miquel Àngel Sureda (Esquerra) y Gabriel Cerdà (PSM).
El secretario de la agrupación local del PSM, Gabriel Cerdà, asegura que «los militares nunca han pedido licencia de obra al Ajuntament y sabemos que cada verano hacen obras, es una cuestión que siempre nos ha preocupado y nos preocupa aún más si cabe ahora que podrán construir una mayor altura». «¿Quién no dice que el complejo no se amplíe? Desde luego es una cuestión preocupante», añade.
Por su parte Miquel Àngel Sureda, regidor de Esquerra exige que se cumpla el acuerdo adoptado hace años en el Congreso de crear una comisión mixta que estudie un uso compartido (civil y militar) de las instalaciones. «El acuerdo (que se aprobó también con los votos a favor del PP, aunque el PSOE votó en contra) hablaba precisamente de la necesidad de preservar el valor paisajístico de la zona», recuerda Sureda. «No tiene sentido hacer crecer un espacio que por su conservación es la envidia del municipio», dice Sureda.
El alcalde de Pollença, Bartomeu Cifre, confirmó ayer que contactará con el Ministerio de Defensa para tratar de agilizar la creación de la comisión mixta tal y como se acordó hace años en el Congreso.
El pleno del Ajuntament, el Consell de Mallorca y el Parlament de les Illes Balears también han aprobado en los últimos años diferentes propuestas, todas ellas por unanimidad, a favor de un uso compartido.