El Ajuntament de Llucmajor mantendrá de momento abierta la residencia de la tercera edad. Eso sí, modificará tarifas y no descarta en un futuro revisar también el modelo de gestión del centro geriátrico.
Hace tres meses el equipo de gobierno que preside el alcalde Joan Jaume (PP) se vio obligado a adoptar una serie de drásticas medidas -entre ellas la clausura de la residencia- para diseñar un plan de estabilidad presupuestaria con el que optar a un préstamo del Instituto de Crédito Oficial (ICO) con el que poder achicar el déficit de 21 millones de euros que arrastra el Ajuntament.
Pese a que las medidas de austeridad garantizaron el acceso de esta Administración municipal al Plan de Pago a Proveedores del Ministerio de Hacienda y Administraciones con el que saldar las millonarias deudas contraídas con autónomos y pequeñas y medianas empresas, la decisión concreta de echar el cierre a la residencia de la tercera edad generó un considerable rechazo social -especialmente entre los trabajadores y las familias de los usuarios del centro- que los partidos de la oposición no dudaron en espolear.
¿Privatización?
Desde entonces hasta ahora, el equipo de gobierno llucmajorer no ha sido ajeno a las críticas y ha buscado la manera de cuadrar el plan de estabilidad presupuestaria y seguir contando con el préstamo ICO sin tener que cerrar la residencia.
Así, la solución al sudoku pasará por revisar los precios y tarifas del servicio geriátrico y, tal vez, en un futuro, introducir variaciones en el modelo de gestión del centro.
Preguntado ayer en qué consistirá este cambio en el modelo de gestión, Joan Jaume evitó hablar de privatización o gestión mixta, lo que sí quiso dejar meridianamente claro es que el posible cambio de modelo es sólo una idea que, a día de hoy, no se ha debatido ni puesto sobre ninguna mesa. «De momento no hay nada en firme», reconoció el alcalde de forma tajante.