«Ni corto ni perezoso el delegado de Can Picafort, Joan Monjo (CxI), ha montado su propio chiringuito ilegal en dependencias municipales, concretamente en el antiguo parque de bomberos. Aprovechando la instalación de la sede de la Segunda Edad -Ni joves ni vells- en el recinto, Monjo ha sacado su faceta más empresarial y se pone al frente de un bar ilegal que carece de todas las licencias para vender al público». La frase, publicada por Can Picafort Unit en la revista de Can Picafort prende la mecha sobre una cuestión que hace años que colea en el municipio, la alegalidad de los bares de las asociaciones pero también de otras instalaciones municipales como los polideportivos de Santa Margalida y Can Picafort.
Can Picafort Unit denunció en el último pleno que la nueva asociación de la Segunda Edad, que ocupa las antiguas instalaciones de los bomberos vende bebidas sin licencia de actividad, cuestión que califica de «competencia desleal».
El alcalde de Santa Margalida, Miquel Cifre, dijo ayer respecto al foto-montaje publicado en la revista de Can Picafort y que transforma el antiguo cuartel de los bomberos en un happy hour que «pueden denunciar lo que quieran pero falsear la realidad no es serio».
El alcalde admitió que la asociación de la Segunda Edad tiene «una pequeña nevera» y recordó que los bares de la tercera edad de Santa Margalida, Can Picafort y los campos de fútbol funcionan desde hace años «sin ningún tipo de contrato ni convenio». «Incluso nos hemos encontrado con un contrato de cesión de la explotación del bar de un ex presidente del 'margaritense' cuando las instalaciones son municipales», dice Miquel Cifre.
«Estamos trabajando para regularizar la situación y ya hemos sacado a concurso la explotación de los bares de los campos de fútbol de Can Picafort y Santa Margalida», asegura el alcalde que opina que «precisamente Can Picafort Unit debería dar explicaciones sobre las barras de los bares que montaba durante las fiestas y en macro conciertos como el de Carl Cox».
El foto montaje ideado por Can Picafort Unit carga directamente contra el delegado de Can Picafort, Joan Monjo y solicita al alcalde, Miquel Cifre, una rápida intervención.