Los grupos municipales del PSOE, PSM y ASI en el pleno del Ajuntament de Llucmajor rechazaron ayer brindar su apoyo a las medidas de racionalización y ajuste en el gasto en materia del personal funcionario y laboral. Pese a que sus respectivos portavoces -Joan Jaume Sastre, Joana Luïsa Mascaró y Guillem Roig- tuvieron que echar mano de los más diversos recursos dialécticos para sustraer de sus discursos el reconocimiento a la adopción del mencionado plan, los tres justificaron su voto negativo en el hecho de que los recortes «llegan tarde».
Jaume Sastre denunció que durante los sucesivos gobiernos del PP se ha llevado a cabo una política económica errónea. «La situación es pésima desde hace años y hace años que deberían haberse tomado estas medidas», advirtió.
Mismos sueldos
Por su parte Mascaró señaló que la racionalización en el gasto «debería ser un eje de toda acción política y no sólo en tiempos de crisis». La portavoz del PSM lamentó que durante años el dinero se ha «desperdiciado» y que sin esta «mala gestión ahora viviríamos muy bien la crisis», añadió.
El representante de CxI en el pleno, Bernardí Vives, se abstuvo en la votación de las medidas de ajuste ya que, a su juicio, «la situación actual de crisis no permite plantear las cosas de otra manera». Vives también valoró de forma positiva que el plan de racionalización mantiene los puestos de trabajo.
El alcalde Joan Jaume (PP) quiso dejar claro que los recortes no afectan a los sueldos de los funcionarios, sino a ciertas prestaciones y bonificaciones.