Las plegarias del alcalde de Inca, Rafel Torres, fueron escuchadas y la lluvia, que azotó Inca durante el Dimecres Bo, dio ayer una tregua al Dijous Bo, que se vivió de manera intensa por miles de personas que recorrieron la Fira de les Fires de Mallorca durante toda la jornada.
Cerca de 160.000 personas (unas 40.000 menos que el año pasado) se acercaron ayer hasta la ciudad y convirtieron las principales calles de Inca en ríos de gente. A pesar de la gran afluencia de público, las ventas no fueron demasiado positivas para los comercios locales y los cerca de 500 expositores, 200 del Mercat Pagès, que llenaron los ocho kilómetros de feria.
En lugar de adquirir algún recuerdo del Dijous Bo de este año, que estuvo muy marcado por la crisis económica que azota la sociedad, los visitantes prefirieron pasear por las principales calles de Inca y disfrutar con la muestra de animales y la demostración de doma de caballos en la plaza del Bestiar u otras actividades gratuitas, como la demostración que realizaron los Bombers de Mallorca y que hizo las delicias de los más pequeños. Como no podía ser de otra manera, tampoco faltaron las máximas autoridades de Balears. Encabezadas por el president del Govern, José Ramón Bauzá; la presidenta del Consell, Maria Salom, o el delegado del Gobierno, Ramón Socias, que acompañaron al alcalde de Inca, Rafel Torres, durante la merienda institucional y el tradicional recorrido por el Dijous Bo. Algunos alcaldes de la comarca tampoco se perdieron la feria de ayer en Inca.
El Dijous Bo 2011 que se celebró ayer a sólo tres días de las elecciones generales tuvo un marcado carácter político. Los candidatos de los diferentes partidos se dejaron ver ayer por ciudad y no dudaron en apurar los últimos días de campaña. También el recorrido de autoridades tuvo un marcado tinte electoral y es que, aunque los políticos del Govern, Consell y Ajuntament (todos del PP) fueron en comitiva por el Dijous Bo, los socialistas y econacionalistas prefirieron realizar un itinerario paralelo.
Los máximos representantes del PSOE también descartaron asistir a la merienda institucional que se celebró en el mercado cubierto y prefirieron recorrer Inca por su cuenta.
Aunque el president Bauzá opinó ayer que el recorte de presupuesto del Dijous Bo de este año, cuya partida se ha reducido un 40 por ciento, no se ha notado en la organización de la feria, algunos visitantes echaron en falta la ‘ensaïmada' o la coca de cuarto, que en las dos últimas ediciones llenaban la plaza Mallorca.
Se eliminó, por primera vez, la muestra de razas autóctonas a cargo del Patronat de Races Autòctones de les Balears (Praib), que «costaba más de 1.000 euros», según palabras del regidor del Dijous Bo, José Pastor.
El Ajuntament consideró que era una de las medidas que se podían eliminar porque la Cooperativa Pagesa d'Inca, cuyos animales eran los únicos que se exhibían al margen de los cerdos que competían en la XIX edición del Concurso Morfológico de Cerdo Negro Mallorquín, ya aportó algunas razas autóctonas. Aún así faltaron gallinas y otras aves de corral.
Cuando los relojes marcaban las doce del mediodía, los amantes de la ganadería se concentraron en la plaza del Bestiar, se celebraba la entrega de premios del Concurso Morfológico de Cerdo Negro. Gabriel Company y Miquel Company, padre y hermano del conseller de Agricultura i Medi Ambient del Govern, Gabriel Company, fueron los ganadores del certamen en las categorías de Millor Truja y Millor Porcastre, respectivamente. Gabriel Company recibió, además, de manos del president Bauzá, el Premio Especial para la mejor presentación otorgado por Ibabsa. El otro Premio Especial que concede la Associació de Ramaders de Porc Negre Mallorquí recayó en Tomeu Torres des Morers de Sineu, que también se llevó el premio al Millor Verratell. El premio al Millor Verro fue para Miquel Rigo, de Son Pau de Porreres.
Madrina
Madò Pereta, que ha sido la primera madrina del Dijous Bo de Inca, también estuvo presente en la entrega de premios del Concurso Morfológico. De hecho, el divertido personaje acompañó a las autoridades durante todo su recorrido e hizo las delicias de los más mayores que encontró a su paso por las principales calles donde se ubicó el Mercat Pagés, que contó con cerca de 200 puestos.
Precisamente, en el Mercat Pagès fue donde los vecinos y visitantes de Inca pudieron encontrar los productos más típicos del Dijous Bo. Los puestos en los que se encontraban ‘esclata-sangs', avellanas o embutidos y quesos fueron los más visitados y los que tuvieron más ventas. Los amantes de las setas pudieron comprar los preciados ‘esclata-sangs', que tenían precios de entre 22 y 26 euros el kilo, aunque sí se adquirían sólo trozos de estas setas, el kilo costaba 15 euros. El precio de las castañas oscilaba entre los 3,50 y los 4,50 euros.
Además de los puestos de comida, el Dijous Bo fue también un buen escaparate para estudiantes y diversas asociaciones que aprovecharon la gran afluencia de público para recaudar fondos para diferentes proyectos, como los viajes de estudios, vendiendo dulces y empanadas.
Fuera de los límites del Mercat Pagès se encontraban la exposición de maquinaria agrícola e industrial, que se ubicó en Gran Via Colom, mientras que la avenida Reis Catòlics albergó la exposición de coches.
La plaza Mallorca fue uno de los espacios que más notó la crisis y es que un gran número de las carpas que se montaron en las ferias previas al Dijous Bo permanecieron cerradas al público durante todo el día de ayer. Justamente, esta plaza era una de las que más ambiente vivía en las últimas ediciones porque acogía la gran carpa donde se repartían trozos de los dulces gigantes.
Aunque la mayoría de visitantes se acercó hasta Inca durante la mañana, Inca no cesó su actividad hasta bien entrada la noche.