Como si se tratara de una ciudad fantasma, la urbanización de 200 viviendas unifamiliares que se proyectaron en 11 hectáreas cerca de s'Estany d'en Mas es, cuatro años después de la quiebra de la empresa constructora, la estampa más viva del fracaso del boom de la construcción y del modelo que según el GOB quiere volver a impulsar ahora el Govern de Bauzá.
Las normas subsidiarias de Manacor dieron vía libre a lo que debía ser Terrapolis, una macrourbanización con dos centenares de viviendas y con una capacidad para 800 personas, cuatriplicándose la población de s'Estany d'en Mas que se cifró en 2005 en 150 personas.
En agosto de 2008, la promotora Martinsa-Fadesa, que inició las obras con el apoyo de la CAM, quiebra y la urbanización quedó a medias
La quiebra de la promotora dejó múltiples damnificados. Compradores extranjeros y de la península que habían depositado una fianza y obreros y proveedores sin cobrar.
Ahora, sin embargo, el caso aún se encuentra en los juzgados y cuatro años más tarde no se ha encontrado ninguna solución para este belén que según el GOB es «un atentado ecológico, un vertedero de 11 hectáreas, un torrente lleno de escombro, un auténtico desastre».
Modelo
El portavoz del GOB, Jaume Adrover, criticó que el Govern de Bauzá «ha colgado el letrero de Zu Verkaufen/For Sale/Se Vende ya que estos días asistimos a una especie de subasta territorial sin precedentes».
Los ecologistas denuncian que «Bauzá anuncia al mundo que cualquier inversión privada por alocada que sea es bienvenida», concluyendo que «esta es la medicina que nos ha llevado al fracaso territorial, ambiental y social ante anuncios de desproteger a gusto de los promotores».