Tras dos semanas de intensas fiestas, Alaró puso ayer punto y final a las celebraciones en honor a su patrón, Sant Roc, y lo hizo por la puerta grande con el tradicional baile de los Cossiers. Desde hace diecinueve años Alaró disfruta de nuevo de la ancestral danza después de que en 1939, con la llegada al poder de Franco, se prohibiera.
Durante toda la mañana los seis Cossiers, la dama, el dimoni y los xeremiers recorrieron el pueblo y, tal y como marca la tradición, danzaron delante de las casas de antiguos Cossiers y de personas relacionadas con la celebración, entre ellas, la del alcalde Joan Simonet. Este año el baile de los Cossiers ha estado marcado por la ausencia de Mestre Perico, Pedro Ferragut, último cossier que quedaba con vida de la generación de Cossiers que bailaron por última vez en 1939, y que falleció este año. Pese a su avanzada edad, Mestre Perico, bailaba por Sant Roc con los Cossiers el baile del embull , una de las danzas más complicadas. El grupo de danzantes le recordaron, colocaron una fotografía suya en una ventana y bailaron delante de ella, además de entregar a sus familiares una camiseta honorífica.
Una vez acabado el recorrido, los danzantes abrieron las carreres de joies , una carrera que ganó Pere Reynés, (uno de los dos Cossiers rosas) quien se llevó a casa el premio, un pato.
Por la tarde siguió la celebración con una misa a las 19 horas en honor a Sant Roc y con una procesión por el pueblo que encabezó la comitiva política. A las 23.30 horas un correfoc protagonizado por los Dimonis d'Alaró puso el punto y final.