Agosto es el mes en qué se pone fin a la cosecha de cereales. Para festejarlo, tal y como ya ocurrió el año pasado, cerca de un centenar de payeses procedentes de una decena de pueblos del Pla unieron ayer esfuerzos y maquinaria para segar y batir las 22 quarterades, de cebada (ordi) 'forastera', que mide un sementer de la finca del Pujolet, en el término de Ariany.
La siega fue precedida de una merienda en Ses Torres. Al acabar, los agricultores comieron un arròs brut.
El color ocre de la cebada iba cambiando al marrón a medida que pasaban, en fila, las trece máquinas cosechadoras que participaran en el batuda. Este año, con más payeses que el verano pasado, el resultado fue aun más positivo: se recogieron una veintena de toneladas de grano.
Para simbolizar la unidad, los payeses se pusieron camisetas uniformadas y formaron equipo.
Mientras las cosechadoras recorrían el sembrado, otras iban preparando las balas de paja y el resto aprovechaba para hacer fotos y vídeos. Algún payés, incluso, hacía guardia y velaba impaciente a que alguna liebre o conejo saliera del sembrado para probar de cazarlo. En eso, sin embargo, no hubo suerte.