No se levantarán nuevos adosados en Ruberts. Los cimientos de los cuatro que ya se comenzaron y cuya construcción fue paralizada serán demolidos. Los vecinos de este llogaret situado en el corazón de Mallorca, en el término municipal de Sencelles, han ganado la batalla que a finales de la década de los 90 emprendieron contra el pujante desarrollismo urbanístico que amenazaba con duplicar el número de habitantes de la aldea y romper con su tradición urbanística y su relación con el entorno rural.
El Ajuntament de Sencelles ha aprobado recientemente, en sesión plenaria, las bases del acuerdo con los ruberters. En dicho documento se especifica que los tres adosados ya acabados, y habitados desde hace años, se mantendrán. Por contra, en el solar donde se levantaron los cimientos de los otros cuatro se construirá un aparcamiento y se habilitará una zona verde.
Miquel Torrens, secretario de la asociación de vecinos, asegura que los ruberters «estamos muy satisfechos». «Por pequeño que uno sea, si uno tiene razón, la tiene», añade Torrens.
Crónica
Para entender lo sucedido en Ruberts hay que remontarse a finales de los años 90, cuando el Ajuntament de Sencelles, entonces gobernado por el Partido Popular, otorgó una licencia que autorizaba la construcción de tres adosados en la entrada de Ruberts. El GOB y los vecinos se opusieron enseguida e impugnaron la licencia, pero cuando los tribunales, cinco años después, les dieron la razón, los adosados ya estaban levantados y habitados. En 2003, el Ajuntament de Sencelles -todavía con un alcalde del PP- concedió otra licencia para levantar otros cuatro adosados. La asociación de vecinos y el GOB la recurrieron de nuevo ante los tribunales, y el juez les volvió a dar la razón.
El Ajuntament de Sencelles y los ruberters recuperaron el diálogo en 2009, con el PP en la oposición y con varias sentencias judiciales de por medio a favor de los vecinos que obligaban al Consistorio a «restablecer la legalidad» urbanística en Ruberts. Es decir, a dejar el llogaret tal y como estaba antes de los adosados.
Está previsto que en breve el Ajuntament y la asociación de vecinos firmen un convenio que pondrá fin a la disputa y que supondrá mantener los tres adosados habitados y demoler los cimientos de los cuatro comenzados.
Aunque el trato aun no está cerrado, lo más probable es que la promotora de los adosados acepte trasladar la edificabilidad o aprovechamiento urbanístico -el Ajuntament le concedió las licencias de obra- al núcleo urbano de Sencelles. El traslado de la edificabilidad ahorraría una indemnización probablemente millonaria para la promotora.