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Inca

Una mujer da a luz en la carretera sin asistencia médica

Renata y Jonás presentan a su hija Victoria, a la que han ayudado a venir al mundo. | Miquel Serra - magdalena serra

Inca |

Renata y Jonás están de enhorabuena. Han sido padres de Victoria Malavé, una niña que disfruta de muy buena salud y que ha pesado 3 kilos 760 gramos, pero las circunstancias de su nacimiento son muy especiales. Renata dio a luz ayer a las 6.15 horas dentro del coche cuando ella y su marido iban de camino al Hospital Comarcal de Inca procedentes de Alcúdia.

«El dolor se hizo insoportable y, cuando estábamos a punto de llegar a la altura de sa Pobla, dije a mi marido que parara porque la niña ya salía», explica Renata. Dicho y hecho. Jonás paró el coche en el arcén de la carretera de Alcúdia y, cuando se disponía a ayudar a su mujer, vio que la cabeza del bebé ya estaba fuera.

«Fue todo muy rápido y actuamos casi por instinto, porque no podíamos hacer otra cosa» confiesa Jonás. Mientras ayudaba a su mujer, Jonás llamó a Emergencias, quienes le aconsejaron sobre lo que debían hacer. «Nos asustamos mucho, porque cuando el bebé nació no lloraba y estaba de color azul, pero le pegamos dos palmadas en el culo y reaccionó», relata el padre.

Espera

Los padres decidieron no esperar a que llegara una ambulancia y condujeron hasta el hospital, donde los médicos cortaron el cordón umbilical cuando todavía estaban dentro del coche. «Pensábamos que era inútil quedarnos a esperar a que llegara la ambulancia porque nos avisaron que tardaría unos 15 minutos y creímos que llegaríamos antes en coche ya que tanto Victoria como yo estábamos en buen estado», narra la madre.

Jonás bromea con el hecho que justo la noche anterior puso gasolina a su vehículo, «sino seguramente hu biese nacido en la gasolinera de Alcúdia» por la rapidez en que su mujer dio a la luz. Y es que el matrimonio asegura que no tardaron en ir al hospital. «No somos unos inconscientes, en seguida que me empecé a sentir mal decidimos ir hacia Inca y rompí aguas segundos antes de parir» sostiene la madre.

Renata y Jonás también son padres de Leandro, un niño de casi dos años, pero aseguran que el nacimiento de Victoria ha sido «una experiencia única».

Jonás, muy emocionado, anuncia que ya está «preparado para ayudar a venir al mundo a los hijos que vengan», pero Renata advierte que no quiere volver a pasar por lo mismo. «Aunque sólo ha sido una hora de dolor, ha sido muy intenso y paradojas de la vida yo quería que durante el parto me pusieran la epidural ya que la primera vez que parí ésta no me hizo efecto».

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