Hace un mes que los mancorins ya no escuchan las campanas de la iglesia parroquial. Acuden a misa sin necesidad de llamada por puro instinto, conocedores del horario del oficio que marca, solo a deshoras el reloj del campanario.
El viejo mecanismo de madera ha sucumbido al paso del tiempo. Poco antes de Pascua un aparejador visitó la torre y dio el veredicto: las culatas de madera de las campanas se habían desecho con el paso de los años. Se inició entonces una campaña popular con el objetivo de recaudar fondos suficientes para asumir la restauración cuyo coste rondará los 21.000 euros, un objetivo en el que se ha volcado todo el pueblo.
El proyecto, que se ejecutará con una empresa valenciana, la misma que ya rehabilitó otras campanas emblemáticas, como las de la iglesia de Santa Margalida, no solo prevé la restauración de las campanas sino su electrificación, la restauración del reloj de la iglesia que actualmente solo funciona a ratos y el cerramiento del campanario para evitar que accedan las palomas, que dañan la estructura. Posiblemente también se realizará alguna intervención en el interior, según explica el rector Josep Ramon Ortega Pons, párroco de Mancor de la Vall desde el pasado 25 de septiembre.
Las campanas dejarán el campanario probablemente este mes de mayo. Será la primera gran actuación que no pretende otra cosa que evitar que éstas puedan caerse y sufrir más daños o dañar a alguien.
El Ajuntament de Mancor de la Vall destinó la recaudación íntegra de la romería del lunes Pascua a las obras de la iglesia. Se reunieron 3.450 euros a los que se han sumado después otras donaciones realizadas por la asociación de la tercera edad y también por algunos particulares.
El párroco, Josep Ramon Ortega, se muestra satisfecho ante la colaboración popular y explica que «ya han venido de Valencia a tomar las medidas y la primera actuación será este mes bajar las campanas para que no puedan caerse».
No es la primera vez que los mancorins se vuelcan en la restauración de su parroquia, un templo cuya consagración data e 1843. De hecho, en el centenario de la consagración ya se realizó una importante reforma, según explica Biel Pocoví, autor de un artículo que recoge la historia de la iglesia.