Miles de personas aprovecharon el buen tiempo y visitaron ayer una soleada Fira de Santa Margalida, una de las ferias más tradicionales de Mallorca y que antiguamente era el acto encargado de dar el pistoletazo de salida a las ferias del norte de la isla. La Fira de Santa Margalida es pionera en la Isla por la gran oferta de stands que muestran al público lo mejor del pueblo. El año pasado la organización decidió aumentar el número de expositores como reclamo para combatir la crisis, una apuesta que este año han decidido continuar, convirtiéndose así en un referente de la promoción de los productos locales.
Asimismo, el recorrido de la feria ayuda también a promocionar el municipio dado que éste recorre literalmente todo el pueblo y los visitantes, además de observar los mejores productos van conociendo poco a poco los características de este singular pueblo.
Participación
Uno de los puntos fuertes de la feria es la Mostra de Mestres Artesans que tuvo lugar en la Plaça de la Vila y que este año ha llegado a su cuarta edición. Allí grandes y pequeños pudieron ver de cerca productos artesanales hechos con barro o cristal, además de bordados y recibir los consejos de los maestros artesanos que los elaboran. Flores y plantas también se convirtieron ayer en protagonistas y el color invadió algunos espacios del recorrido de la muestra. También hubo lugar para la exposición de animales donde las porcelletes negres de Bartomeu Torres fueron el centro de todas las miradas.
Pero sin ningún tipo de duda, el lugar más visitado de la feria fue el sector de los automóviles. Muchos se acercaron para conocer los últimos modelos del mercado pero pocos se decidieron a comprar. Los modelos más modernos contrastaron con la exposición de coches y motos antiguas que enseñaron a los visitantes la evolución que ha sufrido el mercado del motor. Durante toda la jornada, los actos estuvieron amenizados por las actuaciones de la escoleta de ball de bot, por la banda de música de Santa Margalida y por una batucada.