Cinco años después de su inauguración el Espai Tartan de Pollença cierra sus puertas. El emblemático Casal de Joves, una de las grandes apuestas de la legislatura pasada (fue la última infraestructura inaugurada por UM un día antes de ceder la Alcaldía al PP) ha pasado a la historia. Los jóvenes tienen ahora que realizar sus actividades en la planta superior de los Serveis Socials o en su defecto en los centros escolares en horario de tarde. Nada que ver con el edificio de dos pisos pionero en cuanto a diseño y ordenación, nacido para ofrecer una alternativa de ocio a los jóvenes y servir además para que los nuevos talentos creativos tuvieran un espacio de exposición privilegiado.
El equipo de gobierno municipal (UM/UNPI-PSOE) alega la infrautilización del espacio como principal motivo de cierre del Tartan con la crisis económica como telón de fondo. Y es que en la presente legislatura el Ajuntament ha prescindido de todos sus locales de alquiler de manera progresiva (a excepción del de Serveis Socials, pendiente de la apertura del nuevo centro de día).
Traslado
Coincidiendo con la liquidación del resto de alquileres, el pasado mes de julio tras el traslado de las dependencias municipal al nuevo edificio de Montisión, el equipo de gobierno municipal optó por echar el cierre en el Espai Tartan cuyo alquiler rondaba los 700 euros mensuales.
«El Espai Tartan no funcionaba, era complicado que los jóvenes vinieran y tener un espacio que se utilizaba con otros fines (nos lo pedían otras asociaciones), no nos parecía necesario disponiendo además de otros espacios municipales en horario de tarde, como los colegios», explica la regidora Maria del Mar Sastre.
«Es cierto que ahora no tenemos un Casal de Joves, tenemos 28 corresponsales joves (alumnos de los institutos que sirven de nexo entre los jóvenes y la administración) que programan las actividades que quieren», justifica Sastre.